Y si nos compramos un skate?

No sé como debería partir este blog... No tengo la más minima idea, supongo que debería hacerlo de manera cronólogica para que sea más fácil.
Pero antes de partir me pregunto si vale la pena hacerlo, si no me equivoco este vendría siendo algo así como mi 4º intento de hacer un blog, en todo caso es más que claro que será un blog con 2 comentarios a lo más por entrada.
Creo que desde siempre he sido lo que se denomina "Un pendejo callejero". Recuerdo cuando vivía en Arturo Prat (Osorno) y pasaba el día entero entre andar en bicicleta y jugando a la pelota en la calle con unas champas de pasto como arcos. Compraba cubitos a un amigo, el Coco si mal no recuerdo, e iba al flipper de la esquina con Coté.
En fin, eso fue mi niñez desde que tengo memoria hasta los 13 años (Tirado a los 14), sin importar donde viviera siempre con la bici y la pelota como buen pendejo noventero.
Ya para la navidad de 1998 con mi amigo de toda la vida nos surgío la pregunta: "Y si nos compramos un skate?" De chico, a ratos, andaba en skate (A todo esto ni idea porque había una tabla en mi casa, nunca recuerdo haberla pedido o comprado, simplemente aparecío). Nótese andar como estar arrodillado haciendo carreras y ya para cuando teníamos algo más de experiencia competir en la cuesta de Prat haciendo manual. El que tuviera el plástico del tail más destrozado era el más "radical". Pero me estoy yendo por las ramas...
Para esa mítica navidad, 98, el viejo pascuero nos trajo nuestras anheladas tablas de skate. En mi caso me tocó una Solex con el diseño de un tigre, obviamente aluciné.
Pasaron los meses y eventualmente terminamos yendo a la Plaza Suiza, una vieja pista de patinaje de los 80's (Cuando digo "Patinaje" entiendase como patines de 4 ruedas como autos y con esa especie de tope de puerta en la punta del pie para frenar), y ahi conociendo a muchos personajes que nombraré ya en otra ocasión.